Primero, muele los granos recién tostados. Golpea suavemente el portafiltro para distribuir el café molido y luego prensarlo sobre una superficie lisa. Recuerda que es muy importante que la presión sea uniforme.

Coloca el portafiltro en el grupo. Gíralo hasta fijarlo. No olvides colocar los vasos debajo antes de preparar el espresso. Pulsa el botón para dos tazas. El espresso fluirá por las boquillas tras unos 8-10 segundos. Buscamos un flujo con la densidad de la miel tibia. 

Nota: En este vídeo, el café se divide en dos vasos. El motivo es que la mayoría de los baristas utilizan el filtro doble para dividir las dosis y lograr una extracción equilibrada.

Llena la jarra con leche fría hasta llegar a la boquilla, pero no olvides purgar el vaporizador primero. Introduce el vaporizador unos 1,5 cm en la leche. Abre la válvula de vapor y baja la jarra para introducir aire en la superficie de la leche. 

Recomendamos alcanzar los 60-65 °C. Un buen indicador es cuando la jarra está demasiado caliente al tacto. Para las bebidas vegetales, intenta que no superen los 55 °C, puesto que podrían empezar a separarse o cortarse. La textura debe ser aterciopelada y sedosa. Agita la jarra con movimientos circulares para que la leche quede bien integrada.

Antes de verter, no olvides purgar el vaporizador y limpiarlo con un paño húmedo para eliminar los posibles restos de leche del interior. Vierte lentamente la leche espumada sobre el espresso con una capa de microespuma por encima.